MARTXA BALMASEDA LANZAS- AGUDAS CON ESCAPADAS Y VISITAS AL ATLAS

No hay mayor certeza que aquella que da el vivir sin dejar que la vida pase de largo. Y la experiencia de este nuevo viaje a Marruecos ha supuesto un bonito capítulo.

Mención especial a Esauira, ventilada por el Océano Atlántico. Con sus muros almenados, el soplo de los vientos alisios, casas con fachadas blancas y azules, el color de la espuma y las olas, la antigua Mogador es conocida como la ‘Novia del Atlántico’.

Eespíritu francés y alma portuguesa, trasmite una calma mágica que evoca su pasado portugués ¡y también francés! Sin olvidarnos de fenícios, cartagineses, romanos, portugueses y árabes.

Esta ciudad portuaria también cuenta con una rica historia basada en la coexistencia pacífica de diferentes religiones. Ejemplo de convivencia de culturas y religiones, en Essaouira se dan la mano cristianos, judíos y musulmanes.

Anteriormente, este lugar fue conocido como Migdal, Amogdul, Mogdul, Mogdoura, Mogadur y finalmente Mogador, como quisieron los franceses.

Puede presumir de un magnetismo innato y una capacidad de atrapar a cuantos osan cruzar sus murallas. Y es que, a Pesar de su encanto, Esauira continúa siendo una gran desconocida, salvo para su gaviotas y gatos que están presentes en cada rincón de Esauira.

La villa fue fortificada siguiendo los principios de la arquitectura militar de mediados del siglo XVIII, en forma de cuadrícula y rodeada de antiguos bastiones. ¿El resultado? Se convirtió en uno de los principales centros comerciales atlánticos entre África y Europa.

Que se la denomine en numerosas ocasiones como “la ciudad del viento” no es casualidad. Y es que es uno de los pueblos más ventosos de África. El siroco, el fuerte viendo mediterráneo del desierto del Sáhara, se encuentra con los vientos alisios estacionales del Atlántico en esta parte de la costa marroquí, creando unas condiciones de viento que los locales han sabido aprovechar.

Visitar su Medina, su fortificación construida por los portugueses y conocida como la Skala, su barrio judío o Mellah y su puerto, que fue el principal puerto de comercio internacional de Marruecos entre finales del siglo XVIII y el siglo XIX y actualmente con sus pequeños botes y barcos pintado de azul Mogador, que dicen atrae a las sardinas. Sin duda, visitar

Esauira es una auténtica joya de la costa atlántica, un tesoro bien guardado, que algunos ya habíamos descubierto en viajes anteriores y otros han tenido la suerte de descubrirlo este año.