MARTXA BALMASEDA LANZAS- AGUDAS CON ESCAPADAS Y VISITAS AL ATLAS

Emprendemos camino hacia el Valle de Tassaut, por la carretera de Demnate, ciudad situada a 92 km de Marrakech, a 900 metros de altitud en los pies del Atlas, en el valle del Oued Derna, provincia de Azilal. Cerca de Demnate, a tan solo 6 Km paramos a comer en Imi n Ifri, donde visitamos su puente natural en una gruta con cascadas, bien de Interés Biológico y Ecológico, muy visitado por la población local. Llamado por los lugareños “Puente Natural de Imi-N-Ifri” que significa en berebere “la puerta del precipicio o del abismo”, y por otros “la gruta del ogro” según una leyenda muy antigua de la zona en la que un ser gigante y malvado habitaba en el lugar atemorizando a la población del entorno. Se trata de un puente esculpido por la naturaleza, que une perfectamente dos montañas, que las separa el río Mehasseur, abriéndose paso éste en forma de pequeñas cascadas entre las grandes rocas que existen en el fondo del puente, y a su vez ubicado en un entorno natural incomparable.

Tras la visita y después de comer, emprendemos camino por una interminable carretera que asciende a un imponente puerto, largo descenso hasta Ait Alla, desvio pasando un puente sobre el río Tassaout y nos adentramos en el valle hasta la aldea de Ait alin- itto, nuestro destino donde pernoctamos en una Gite d’ Etape. 

Por la tarde excusión a pie por la pista de 5 Km que nos llevó a un rincón mágico del Alto Atlas, la aldea de Magdaz. Situada en un pequeño valle subsidiario del Tessaut, regado por el Asif Imgis uno de los arroyos que le nutren por el sur, y con una altura cercana a los 1900 m. Megdaz es una de las aldeas más importante de la región, junto con Amezri.- Consta de dos núcleos, situados a ambas orillas del arroyo.- El más grande, el situado en la ribera derecha, es el más antiguo, y el que concentra el mayor número de edificios notables.

Nosotros por falta de tiempo, únicamente visitamos el núcleo de la margen izquierda y contemplamos, ascendiendo por sus empinadas callejuelas las edificaciones de adobe rojizo que con la puesta de sol nos dejaron una estupenda imagen en nuestras retinas. Frente a nosotros a los piés de unos enormes castaños, quedaba la otra parte de la aldea que parecía una estampa. Ya de noche regresamos por la pista hasta Ait alin-itto.