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¡OTRO AÑO MÁS DE VUELTA AL ATLAS!

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TREKINNG Y ALPINISMO EN LOS TECHOS DEL ALTO ATLAS MARROQUÍ

<<MONTAÑAS DE LIBERTAD>>

Este año, otro elenco de participantes se anima a visitar este estupendo enclave del Alto Atlas Occidental: Noveles, repetidores y muy repetidores nos disponemos a participar y disfrutar en una estupenda y emocionante aventura.

Esta espina dorsal que a lo largo de mil kilómetros atraviesa Marruecos en diagonal –desde el noreste hasta el suroeste–.es un terreno perfecto para realizar todo tipo de deporte de montaña. Senderistas, montañeros, escaladores y, en invierno-primavera, esquiadores. Son asiduos visitantes en estas tierras salvajes y misteriosas en busca de actividades en una zona diferente, exótica, y en muchos casos por encima de la mágica línea de los 4000 m. Todo esto a poco más de 2 horas de avión de casa...

Este rincón marroquí es un paraíso del excursionismo de montaña, con múltiples rutas de trekking que son toda una delicia para principiantes y expertos. Caminar por esta imponente cadena montañosa, la más alta del norte del continente implica estar listos para los cambios drásticos de temperatura. Y también acostumbrarse a un contraste paisajístico brutal, a unos caminos que se enredan entre terrenos cobrizos de peladas rocas volcánicas y que descienden después a valles verdes y frondosos donde crecen, como si fuera un auténtico milagro, nogales, olivos, manzanos, membrillos y algarrobos.

Diminutas aldeas que cuelgan de la pendiente, mimetizadas con el entorno, donde sus pobladores viven como si nada hubiera acontecido desde el principio de los tiempos, como si la existencia se hubiera congelado en sus prácticas ancestrales. Entre los pliegues de la cadena montañosa, erigieron sus casas y viviendas con la roca y la arcilla extraídas de la tierra, y también desarrollaron unos sistemas de riego en canales-acequias que les permite aprovechar el agua de los arroyos para cultivar sus frutas y hortalizas. Son las aldeas de los beréberes, aferradas tan tenazmente a las laderas que casi se diría que son un verdadero apéndice de las mismas, una protuberancia de las montañas sobre la que inesperadamente irrumpe el canto del muecín para rasgar el silencio. La vida sencilla de sus gentes, apegada a la tierra, y sus costumbres ancestrales son toda una lección de humildad, un oasis de pureza en este mundo de frenética tecnología.

Esa etnia milenaria del norte de África que mantiene su lengua y sus tradiciones desde tiempos inmemoriales. Allí, aislados en la cordillera del Alto Atlas de Marruecos, se muestran orgullosos de haber conservado un idioma y una cultura tradicional propios.

La vida en aquellas escarpadas colinas no es fácil y demuestra cómo el tiempo, a veces, tiene otra cadencia muy diferente con respecto a la que estamos habituados. Y también dan cuenta, definitivamente, de por qué los beréberes prefieren definirse como imazighen, que viene a significar “hombres libres

Sumergirse, ya sea por un corto tiempo, en la sencillez de su vida es una lección de humildad y. constituye un excelente ejercicio de regreso a las raíces.

A este desafiante macizo, sus pobladores lo bautizaron hace ya mucho tiempo como Idraren Draren (“Montaña de Montañas”). Y te adentras en un mundo perdido de sencillez primitiva, a tan solo un paseo desde la ciudad de Marraquech, pero todavía a una distancia abismal del tiempo en que vivimos.

Se tiene la sensación de abandonar la realidad cotidiana para sumergirse de pronto en otra vertiente nostálgica de la vida que aguarda tras sus valles y montañas.

Nosotros iremos, disfrutaremos y volveremos. Se quedarán sus imponentes montañas con sus guardianes imazighen (bereberes), para que otros visitantes puedan seguir conociendo la magia del Atlas.

Balmaseda, 6 de febrero de 2.016

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